Hechos

Esas cosas dificiles de explicar, esos hechos que por mas sabidos, porque si, lo sabia, no hacen otra cosa más que arañarnos, algunos dejando heridas que sangraran durante mucho... O para siempre.

Esas cosas que uno tiene que comprobar, por mas que lo sepas. Como cuando mi abuela me dijo que no pasara el dedo por el borde de esa lata porque era afilado y me iba a cortar, y sin mas, ahí fui y metí el dedo, y me corte, tal y como ella me había dicho. O ese vidrio rajado en una carnicería perdida por Muñis, que creo ya ni existe, y mi vieja me dijo, no lo toques, porque te vas a cortar, y ahí me corte de nuevo.
Esas cosas que ya sabidas de ante mano, que van a doler, y siguen doliendo, y uno va y mete el dedo, y se corta, como ya sabia que le iba a pasar.

A veces me pregunto porque soy tan masoquista, o mas simplemente, un idiota, que va y comprueba eso que ya sabia... Y duele, como duele... Y por ahí, sin necesidad, o con necesidad, esa necesidad de saber si se puede confiar. O mas bien, si era diferente, y comprobar, que no, que no hay diferencias.


No se si decepción, no se que sentimiento en realidad, pero seria ese que se traduce como una bola en el pecho que oprime, que no deja respirar bien, que asfixia, que no deja mirar a los ojos, que convierte todo en hielo, y que cuando se derrite, no deja mas que un agujero que te atraviesa de lado a lado, doliendo, siempre doliendo y no dejando de doler.